Declamar; Algunos personajes, semejanzas y similitudes, al igual que todos los personajes de Crepúsculo corresponden a la fabulosa Stephanie Meyer, al igual que unos lugares aquí descritos. Esta historia y los derechos de autor pertenecen a ella.
Esta historia no tiene intenciones de infringir los derechos. Solamente es un Fanfic dando un pequeño giro a la historia original creado por mí: Lizzie Ibarra:) Cualquier contacto que deseen establecer conmigo es por medio de mi correo: lizzie_cullen_2705@hotmail.com. O dejen sus comentarios aquí en el Blog & me comunicare con ustedes:)
ETERNO RESPLANDOR
Sinopsis; Cuando la guapísima
vampira Isabella Swan comienza otro semestre en el Instituto de Forks piensa
que será igual que todos los 120 años, aburrido, sin nada nuevo que aprender o
conocer. Pero su vida da un giro de 360° al conocer al guapísimo Edward Cullen.
Ella sabe que algo en él es incorrecto, su aura, su aroma, su personalidad. Es
el único que se atreve a mirarla a los ojos sin salir corriendo. ¿Sera que por
fin encontró a su media naranja? ¿Estará dispuesta ella a dejar a un lado los
estereotipos, su independencia, y su forma de ver la vida por un simple humano?
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Prefacio; ¿Qué pasa con la vida
más allá de la muerte? ¿Existe el cielo & el infierno? ¿Es posible que haya
un lugar mejor que este?
¿Es posible que un
corazón muerto vuelva a latir? ¿Que sienta la sangre correr por mis venas y por
las de él? Mi vida era monótona y aburrida, pero un giro de 360°, o más bien un
cambio de ciudad lo cambia todo. Me debatía entre ser fuerte o seguir mis
instintos. Ahora luchaba contra algo desconocido para mí. Amor, una simple
palabra, con un enorme significado. El & Ella, juntos por siempre y para
siempre…
CAPITULO 1: EL INICIO
Era un día normal, como cualquiera de los
otros días. Amaneció lloviendo, cosa que no era de extrañarme ya que casi la
mayoría de los días en Forks, Washington eran así. Este era un lugar favorable
para nosotros, ya que podíamos salir durante el día y la noche sin que nos
molestara el sol. Y no es porque nos quemara o afectara la luz solar, esos eran
puros estereotipos de películas grotescas hacia nosotros.
Algunas veces pensaba en cómo sería mi vida
si no fuera una vampira, si fuera una simple humana, si me enamorara
perdidamente de un hombre bueno, si pudiera tener hijos, llegar a la vejez y
tener nietos y por qué no hasta bisnietos. Jaja, me reí de mi misma, esos no
eran los pensamientos adecuados, no podía soñar con eso, ya que era algo
imposible.
Tenía 120 años y aún no me hacía a la idea de
que jamás envejecería, de que estaba estancada en mis 17 años por siempre.
No podía quejarme de la vida que tenía, mis
padres adoptivos eran los mejores del mundo, los dos trabajaban en el hospital
del pueblo, aun no podía entender como soportaban la sangre, pero me dicen que
años y años de práctica. Ellos amaban ayudar a la gente, no ganaban mucho
dinero ahí, más que nada era servicio comunitario, pero con el poco dinero que
les daban, -contando que no necesitábamos para comprar comida- y con el
transcurso de los años, poseíamos ya una gran fortuna.
No podía pedirle nada más a la vida, sería
injusto y egoísta pedir algo más.
Mis hermanos adoptivos eran muy buenos
conmigo, nos llevábamos todos de maravilla, como si fuéramos hermanos de verdad
a pesar de los tiempos de vida, opiniones y formas de crecer. Eran mi familia
ahora, siempre lo habían sido y siempre lo serian.
En fin llevaba una vida que cualquier humano
pudiera desear, pero me faltaba algo, ese no sé qué, que me hacía sentir
incompleta, insatisfecha, era algo que necesitaba, algo que simplemente
deseaba, algo que… bueno, en fin eran simples fantasías.
Nosotros no éramos los únicos de la especie
en el mundo, habían vampiros en todos los países con ambiente favorables para
nosotros. Obviamente nadie más sabia de la existencia de vampiros, me refiero a
los humanos.
Nosotros nos caracterizamos por organizarnos
en clanes, o familias. Mi familia estaba constituida por 8 integrantes.
También estaban los mejores amigos de mi
hermano Jasper, Peter y Charlotte que tiempo atrás habían optado por seguir
nuestra “dieta vegetariana”, y ahora se encontraban en un lugar de México.
También estaba nuestro nuevo inquilino Damién,
que llego hace un año más o menos, se quedaba en nuestra casa, y se había
convertido en el mejor amigo de mi otro hermano Emmett. Según nos cuenta,
varios años atrás andaba cazando en Alaska y se encontró con la familia de
Tanya. Ella le contó su forma de vivir, y sobre nosotros, que su dieta era
igual a la nuestra.
La verdad es que éramos muy unidas tanto su
familia como la nuestra, las llamábamos "nuestras primas lejanas", así
que tanto intereses le causo esto a Damién que decidió venir a nuestro
encuentro, y así poder vivir de otra forma diferente a los demás, aunque
todavía se estaba acostumbrando a nuestra dieta especial.
Este inicio de ciclo escolar había decido
unirse a nosotros e ir a tomar unas cuantas lecciones al Instituto, estaba
segura que muchas de las jóvenes se pondrían locas con él, era guapo no se
podía negar, cabello rubio claro, musculoso, sus ojos estaban casi igual a los
nuestros por lo que dijimos que era un primo por parte de los Hale, tanto
Carlisle como Esme lo querían mucho, era otro hijo para ellos hasta yo lo
quería cosa que me causaba gracia ya que no nos llevamos muy bien del todo.
Recuerdo haces unos meses cuando Carlisle, mi
padre, empezó a decirme que le gustaría que el formara parte de mi vida, quería
que el fuera para mí, lo que es Esme para él. Jaja, me reí ante eso sin poder
evitarlo.
¿Estaba tan necesitada de amor que todos
querían que encontrara a mi media naranja?, ¿a mi compañero eterno? Claro que
yo pensaba que no hacía falta, cuando llegara seria solo mío, mi amor
verdadero, mi princi… bueno mi vampiro azul, pero en fin creo que el amor no
estaba para mí, por ahora, en todos mis años de vida, jamás me había enamorado,
por lo que no veía porque fuera a suceder pronto, justo en ese momento tocaron
la puerta sacándome de mis sueños.
—Isabella Swan, ¡ábreme la puerta
inmediatamente!, sé que estás ahí, es que… ¿ya no me quieres?—escuche gritar a
mi hermana menor favorita desde el otro lado de la puerta, no puede contener la
risa, siempre hacia pucheros lo cual era muy divertido. Sentí su aura verde, se
estaba molestando. Algunos vampiros poseíamos "dones", el mío era
detectar el aura de las personas, con eso me daba cuenta de si era buena o mala
una persona o vampiro. Me ayudaba mucho para la hora de confiar.
—Pasa Alice—dije mientras me sentaba en el
sofá de cuero blanco que había en mi habitación. A un lado de la repisa de mis
DVD's y enfrente de la televisión de plasma.
—Te he traído la ropa de hoy para el
Instituto—me dijo Alice con mucho entusiasmo y dando brinquitos en toda la
habitación, su aura ya era azul, lo que significaba que estaba alegre y
extasiada. La moda era algo tan importante para ella, que pasaba muchas de
nuestras horas libres pegada a la computadora haciendo nuevos diseños para
nosotros, a ella no le gustaba que repitiéramos la misma ropa. La usábamos un día
y al siguiente la llevaba a un centro de caridad para donarla.
—Y ¿qué me has hecho hoy duendecita?—le
pregunte por el apodo por el cual la había bautizado cuando la conocí, mientras
extendía mi mano hacia ella con gesto como de estar muy emocionada por la ropa,
ya que eso de la moda no era mucho para mí. Adoraba a esa pequeña, era mi mejor
amiga, mi hermana, mi confidente… Aunque a veces me fastidiaba el hecho de que
me usara como muñequita para vestir. Me aburría andar como modelo de pasarela.
Prefería unos cómodos jeans y blusas de algodón.
—Te hice algo especialmente sencillo, un
pantalón azul entallado, una blusa blanca con unos diseños bordados en color plata,
si miras bien tiene un… —en ese momento me olvide de ella y lo que decía sobre
la ropa nueva, y me consumí nuevamente en mis sueños más absurdos. Pensaba en cómo
sería tener una hija o un hijo, que tuviera los ojos azules, como cuando yo era
humana, pensaba en como seria vivir unos 70 años nada más e ir al cielo y
disfrutar del paraíso, había leído mucho sobre ello, sabía que después de la
muerte había una vida mejor, hasta que de pronto escuche de nuevo a mi hermana
pegando gritos y patadas al suelo, su aura nuevamente se estaba volviendo
ligeramente verde.
—Isabella Swan, ¿me estas poniendo atención? —me
grito con todas sus fuerzas. —He estado hablándote más de 15 minutos y tú has
escuchado absolutamente nada de lo que he dicho, siempre es lo mismo contigo
hablo y hablo y nunca me prestas atención, ¿es que tus pensamientos son más
importantes que yo? —me dijo con un puchero en la cara.
—Alice perdón, claro que no, es que me quede
muda con la ropa, la verdad es que me encanta—intente mentirle, cosa que se me hacía
muy difícil.
—Claro hermanita, estas perdonada, sabes lo
mucho que te quiero, así que no tienes que mentirme yo sé perfectamente que no
te gusta la moda, entonces vístete rápido que los chicos nos están esperando
para llevarnos al Instituto—su aura rápidamente se tornó azul. Esta chica
cambiaba de humor tan rápido como corría el agua de un rio.
Antes de que pudiera decirle algo dio media
vuelta y salió a brincos de mi habitación.
Ella de verdad parecía un duende, era
pequeña, esbelta, más delgada que yo, pelo corto negro con cada mechón
apuntando a un lugar diferente.
Me vestí lo más rápido que pude, y debía
admitir que Alice sabía sacar provecho a mi figura. No era tan delgada como
ella, ni tan voluminosa, pero tenía suficientes curvas que se realzaban con los
pantalones. Mi largo cabello castaño llegaba hasta la cadera en suaves rizos,
por lo que me gustaba dejarlo suelto, me puse un poco de labial rosa y baje
corriendo hasta llegar al porche, y me subí al jeep de Emmett.
Íbamos Rosalie, Emmett y yo. Los 2 con sus
auras celestes, estaban emocionados por iniciar de nuevo las clases. Los 2 se
encontraban en el último semestre, por lo que se emocionaban más. Ya no tendrían
que soportar seguir yendo a la escuela, al igual que Jasper. Ellos se estaban
haciendo pasar por unos adolescentes de 18 años. A Damién, a Alice y a mí nos
faltaban aun un año, aparentábamos apenas los 17...
En el Ferrari azul de Jasper, iba el junto
con Alice, & Damien. Gracias a lo rápido que conducían los 2 llegamos en 10
minutos al Instituto, nos fuimos bajando uno a uno, y como era costumbre todos
nos miraban, la verdad me sentía un poco halaga y hasta presumía a veces. La
belleza inigualable era muy comun entre los vampiros, ademas que servia para
atraer a nuestras presas.
Pero la envidia era evidente con las auras,
en especial la de una compañera mia, Jessica Stanley, una niña del mismo grado
que yo, ella me envidiaba mas que a nada, deseaba tener mi belleza y la
atraccion y magnetismo que yo tenia con los chicos, su aura era completamente
gris, a veces me enfermaba tanto gris, nunca captaba otro color a parte de ese
cuando estaba junto a ella.
Aunque Jessica deseara ser como yo, no se lo
deseaba, no porque creyera que fuera a estar mas bonita que yo, no esto no
tenia nada que ver con la vanidad. No deseaba que fuera como yo porque
significaria convertirse en vampira. Esto no se lo deseaba a nadie, ni siquiera
a esa mocosa se lo deseaba. Jamas podria tener hijos y envejecer. Pero
obviamente era conciente de que nuestra belleza proviniera de ahi. Otra cosa
que Jessica deseaba, era el amor de Jasper y le causaba repulsión y demasiada
envidia saber que estaba con Alice, según ella los hermanos no podían ser
pareja, lo que no sabia era que ninguno éramos familia lo cual era algo muy
divertido.
El instituto de Forks era el tipico Centro
educativo o purgatorio, como le llamaba yo. Todo estaba perfectamente pintado de
un gris claro, con detalles marrones. Esos colores hacian que me deprimiera, de
por si en Forks no hay sol, y esos colores hacian que se viera mas sombrio
todo.
Hoy iniciaba el semestre, otro nuevo
comienzo, mi primera clase era de Literatura, el profesor nos hizo ponernos de
pie y presentarnos parecía que fuéramos niños de primaria, a nadie le importaba
quien era el otro, bueno pensándolo bien, en este pueblo tan pequeño todos se
conocían perfectamente, asi que ¿realmente que importaban las presentaciones?
Cuando llego mi turno de presentarme sentí la mirada de todos cayendo en mi, lo
cual me incomodo un poco. Las auras eran de todos los colores, azul, celeste,
rosa, amarillo, morado. Cada quien pensaba diferente.
-Mi nombre es Bella Swan-dije cuando estaba
de pie, claro ya eso lo sabían todos. -Tengo 17 años y espero que este sea un
buen semestre- añadi y acto seguido me senté de nuevo en mi silla, mientras
terminaban de presentarse el resto.
Empecé a tararear una canción que había
escuchado cuando venia en el auto, se llamaba algo así como 'love forever' de
un grupo desconocido. Cuando terminaron todos, el profesor paso una lista de
las obras que debíamos leer, estaba agradecida ya que me sabía todas de
memoria, se me paso el tiempo rapidísimo, las 2 horas de lecturas de
Shakespeare fueron abrumadoras y cuando me di cuenta sonó el timbre para salir
al descanso.
Me dirigí a la Cafetería en busca de mis
hermanos y hermanas, cuando entre me di cuenta que había dejado algo en el
aula.
-Rose, ¿me acompañas un momento creo que
olvide algo?-le pregunte a mi hermana mayor.
-Claro Bella, con gusto-me dijo mientras nos
devolvíamos en busca de mi objeto perdido. -He escuchado que hay un chico
nuevo, alguien que viene de Arizona o algo así, no lo he visto pero por los
comentarios dicen que es muy atractivo, buen mozo, cabello color bronce y ojos
verdes, estoy deseosa de saber quien es-inquirio Rose mientras caminábamos por
los pasillos del Instituto. Era raro que dijera que alguien era guapo, ya que
ella era la mas atractiva del Instituto, su cabello rubio caia en cascada
hasta su cintura. Su cuerpo era
escultural, de esos que aparecen en las portadas de revistas retocadas, pero
claro Rosalie era natural.
-No he escuchado nada, seguro debe ser
alguien guapo por lo que me dices, pero no hay que preocuparnos por un simple
humano-le respondí con cierta indiferencia.
-Yo se-me dijo sonriendo. -Simplemente me da
algo de curiosidad saber quien es es galanazo-entonces nos volvimos a ver y nos
pusimos a reír, yo sabia perfectamente que ella estaba locamente enamorada de
Emmett y el de ella así que era seguro que solo sintiera curiosidad, entonces
entre al aula y recogí el libro de biología que había dejado olvidado.
Salí del aula un poco distraída y
accidentalmente me golpee con alguien, obviamente a quien fuera que fuese le
tuvo que haber dolido mas que a mi...