viernes, 3 de diciembre de 2010

ETERNO RESPLANDOR... Historia Original de Elizabeth Ibarra:)


Declamar; Algunos personajes, semejanzas y similitudes, al igual que todos los personajes de Crepúsculo corresponden a la fabulosa Stephanie Meyer, al igual que unos lugares aquí descritos. Esta historia y los derechos de autor pertenecen a ella.

Esta historia no tiene intenciones de infringir los derechos. Solamente es un Fanfic dando un pequeño giro a la historia original creado por mí: Lizzie Ibarra:) Cualquier contacto que deseen establecer conmigo es por medio de mi correo: lizzie_cullen_2705@hotmail.com. O dejen sus comentarios aquí en el Blog & me comunicare con ustedes:)

ETERNO RESPLANDOR


Sinopsis; Cuando la guapísima vampira Isabella Swan comienza otro semestre en el Instituto de Forks piensa que será igual que todos los 120 años, aburrido, sin nada nuevo que aprender o conocer. Pero su vida da un giro de 360° al conocer al guapísimo Edward Cullen. Ella sabe que algo en él es incorrecto, su aura, su aroma, su personalidad. Es el único que se atreve a mirarla a los ojos sin salir corriendo. ¿Sera que por fin encontró a su media naranja? ¿Estará dispuesta ella a dejar a un lado los estereotipos, su independencia, y su forma de ver la vida por un simple humano?
****************************************************************


Prefacio; ¿Qué pasa con la vida más allá de la muerte? ¿Existe el cielo & el infierno? ¿Es posible que haya un lugar mejor que este?
¿Es posible que un corazón muerto vuelva a latir? ¿Que sienta la sangre correr por mis venas y por las de él? Mi vida era monótona y aburrida, pero un giro de 360°, o más bien un cambio de ciudad lo cambia todo. Me debatía entre ser fuerte o seguir mis instintos. Ahora luchaba contra algo desconocido para mí. Amor, una simple palabra, con un enorme significado. El & Ella, juntos por siempre y para siempre…


CAPITULO 1: EL INICIO

Era un día normal, como cualquiera de los otros días. Amaneció lloviendo, cosa que no era de extrañarme ya que casi la mayoría de los días en Forks, Washington eran así. Este era un lugar favorable para nosotros, ya que podíamos salir durante el día y la noche sin que nos molestara el sol. Y no es porque nos quemara o afectara la luz solar, esos eran puros estereotipos de películas grotescas hacia nosotros. 

Algunas veces pensaba en cómo sería mi vida si no fuera una vampira, si fuera una simple humana, si me enamorara perdidamente de un hombre bueno, si pudiera tener hijos, llegar a la vejez y tener nietos y por qué no hasta bisnietos. Jaja, me reí de mi misma, esos no eran los pensamientos adecuados, no podía soñar con eso, ya que era algo imposible.
Tenía 120 años y aún no me hacía a la idea de que jamás envejecería, de que estaba estancada en mis 17 años por siempre.
No podía quejarme de la vida que tenía, mis padres adoptivos eran los mejores del mundo, los dos trabajaban en el hospital del pueblo, aun no podía entender como soportaban la sangre, pero me dicen que años y años de práctica. Ellos amaban ayudar a la gente, no ganaban mucho dinero ahí, más que nada era servicio comunitario, pero con el poco dinero que les daban, -contando que no necesitábamos para comprar comida- y con el transcurso de los años, poseíamos ya una gran fortuna.
No podía pedirle nada más a la vida, sería injusto y egoísta pedir algo más.
Mis hermanos adoptivos eran muy buenos conmigo, nos llevábamos todos de maravilla, como si fuéramos hermanos de verdad a pesar de los tiempos de vida, opiniones y formas de crecer. Eran mi familia ahora, siempre lo habían sido y siempre lo serian.
En fin llevaba una vida que cualquier humano pudiera desear, pero me faltaba algo, ese no sé qué, que me hacía sentir incompleta, insatisfecha, era algo que necesitaba, algo que simplemente deseaba, algo que… bueno, en fin eran simples fantasías.
Nosotros no éramos los únicos de la especie en el mundo, habían vampiros en todos los países con ambiente favorables para nosotros. Obviamente nadie más sabia de la existencia de vampiros, me refiero a los humanos.
Nosotros nos caracterizamos por organizarnos en clanes, o familias. Mi familia estaba constituida por 8 integrantes.
También estaban los mejores amigos de mi hermano Jasper, Peter y Charlotte que tiempo atrás habían optado por seguir nuestra “dieta vegetariana”, y ahora se encontraban en un lugar de México.
También estaba nuestro nuevo inquilino Damién, que llego hace un año más o menos, se quedaba en nuestra casa, y se había convertido en el mejor amigo de mi otro hermano Emmett. Según nos cuenta, varios años atrás andaba cazando en Alaska y se encontró con la familia de Tanya. Ella le contó su forma de vivir, y sobre nosotros, que su dieta era igual a la nuestra.
La verdad es que éramos muy unidas tanto su familia como la nuestra, las llamábamos "nuestras primas lejanas", así que tanto intereses le causo esto a Damién que decidió venir a nuestro encuentro, y así poder vivir de otra forma diferente a los demás, aunque todavía se estaba acostumbrando a nuestra dieta especial.

Este inicio de ciclo escolar había decido unirse a nosotros e ir a tomar unas cuantas lecciones al Instituto, estaba segura que muchas de las jóvenes se pondrían locas con él, era guapo no se podía negar, cabello rubio claro, musculoso, sus ojos estaban casi igual a los nuestros por lo que dijimos que era un primo por parte de los Hale, tanto Carlisle como Esme lo querían mucho, era otro hijo para ellos hasta yo lo quería cosa que me causaba gracia ya que no nos llevamos muy bien del todo.
Recuerdo haces unos meses cuando Carlisle, mi padre, empezó a decirme que le gustaría que el formara parte de mi vida, quería que el fuera para mí, lo que es Esme para él. Jaja, me reí ante eso sin poder evitarlo.
¿Estaba tan necesitada de amor que todos querían que encontrara a mi media naranja?, ¿a mi compañero eterno? Claro que yo pensaba que no hacía falta, cuando llegara seria solo mío, mi amor verdadero, mi princi… bueno mi vampiro azul, pero en fin creo que el amor no estaba para mí, por ahora, en todos mis años de vida, jamás me había enamorado, por lo que no veía porque fuera a suceder pronto, justo en ese momento tocaron la puerta sacándome de mis sueños.
—Isabella Swan, ¡ábreme la puerta inmediatamente!, sé que estás ahí, es que… ¿ya no me quieres?—escuche gritar a mi hermana menor favorita desde el otro lado de la puerta, no puede contener la risa, siempre hacia pucheros lo cual era muy divertido. Sentí su aura verde, se estaba molestando. Algunos vampiros poseíamos "dones", el mío era detectar el aura de las personas, con eso me daba cuenta de si era buena o mala una persona o vampiro. Me ayudaba mucho para la hora de confiar.
—Pasa Alice—dije mientras me sentaba en el sofá de cuero blanco que había en mi habitación. A un lado de la repisa de mis DVD's y enfrente de la televisión de plasma.
  



—Te he traído la ropa de hoy para el Instituto—me dijo Alice con mucho entusiasmo y dando brinquitos en toda la habitación, su aura ya era azul, lo que significaba que estaba alegre y extasiada. La moda era algo tan importante para ella, que pasaba muchas de nuestras horas libres pegada a la computadora haciendo nuevos diseños para nosotros, a ella no le gustaba que repitiéramos la misma ropa. La usábamos un día y al siguiente la llevaba a un centro de caridad para donarla.
—Y ¿qué me has hecho hoy duendecita?—le pregunte por el apodo por el cual la había bautizado cuando la conocí, mientras extendía mi mano hacia ella con gesto como de estar muy emocionada por la ropa, ya que eso de la moda no era mucho para mí. Adoraba a esa pequeña, era mi mejor amiga, mi hermana, mi confidente… Aunque a veces me fastidiaba el hecho de que me usara como muñequita para vestir. Me aburría andar como modelo de pasarela. Prefería unos cómodos jeans y blusas de algodón.   
—Te hice algo especialmente sencillo, un pantalón azul entallado, una blusa blanca con unos diseños bordados en color plata, si miras bien tiene un… —en ese momento me olvide de ella y lo que decía sobre la ropa nueva, y me consumí nuevamente en mis sueños más absurdos. Pensaba en cómo sería tener una hija o un hijo, que tuviera los ojos azules, como cuando yo era humana, pensaba en como seria vivir unos 70 años nada más e ir al cielo y disfrutar del paraíso, había leído mucho sobre ello, sabía que después de la muerte había una vida mejor, hasta que de pronto escuche de nuevo a mi hermana pegando gritos y patadas al suelo, su aura nuevamente se estaba volviendo ligeramente verde.
—Isabella Swan, ¿me estas poniendo atención? —me grito con todas sus fuerzas. —He estado hablándote más de 15 minutos y tú has escuchado absolutamente nada de lo que he dicho, siempre es lo mismo contigo hablo y hablo y nunca me prestas atención, ¿es que tus pensamientos son más importantes que yo? —me dijo con un puchero en la cara.
—Alice perdón, claro que no, es que me quede muda con la ropa, la verdad es que me encanta—intente mentirle, cosa que se me hacía muy difícil.
—Claro hermanita, estas perdonada, sabes lo mucho que te quiero, así que no tienes que mentirme yo sé perfectamente que no te gusta la moda, entonces vístete rápido que los chicos nos están esperando para llevarnos al Instituto—su aura rápidamente se tornó azul. Esta chica cambiaba de humor tan rápido como corría el agua de un rio.
Antes de que pudiera decirle algo dio media vuelta y salió a brincos de mi habitación.
Ella de verdad parecía un duende, era pequeña, esbelta, más delgada que yo, pelo corto negro con cada mechón apuntando a un lugar diferente.
Me vestí lo más rápido que pude, y debía admitir que Alice sabía sacar provecho a mi figura. No era tan delgada como ella, ni tan voluminosa, pero tenía suficientes curvas que se realzaban con los pantalones. Mi largo cabello castaño llegaba hasta la cadera en suaves rizos, por lo que me gustaba dejarlo suelto, me puse un poco de labial rosa y baje corriendo hasta llegar al porche, y me subí al jeep de Emmett.  
Íbamos Rosalie, Emmett y yo. Los 2 con sus auras celestes, estaban emocionados por iniciar de nuevo las clases. Los 2 se encontraban en el último semestre, por lo que se emocionaban más. Ya no tendrían que soportar seguir yendo a la escuela, al igual que Jasper. Ellos se estaban haciendo pasar por unos adolescentes de 18 años. A Damién, a Alice y a mí nos faltaban aun un año, aparentábamos apenas los 17...
En el Ferrari azul de Jasper, iba el junto con Alice, & Damien. Gracias a lo rápido que conducían los 2 llegamos en 10 minutos al Instituto, nos fuimos bajando uno a uno, y como era costumbre todos nos miraban, la verdad me sentía un poco halaga y hasta presumía a veces. La belleza inigualable era muy comun entre los vampiros, ademas que servia para atraer a nuestras presas.
Pero la envidia era evidente con las auras, en especial la de una compañera mia, Jessica Stanley, una niña del mismo grado que yo, ella me envidiaba mas que a nada, deseaba tener mi belleza y la atraccion y magnetismo que yo tenia con los chicos, su aura era completamente gris, a veces me enfermaba tanto gris, nunca captaba otro color a parte de ese cuando estaba junto a ella.
Aunque Jessica deseara ser como yo, no se lo deseaba, no porque creyera que fuera a estar mas bonita que yo, no esto no tenia nada que ver con la vanidad. No deseaba que fuera como yo porque significaria convertirse en vampira. Esto no se lo deseaba a nadie, ni siquiera a esa mocosa se lo deseaba. Jamas podria tener hijos y envejecer. Pero obviamente era conciente de que nuestra belleza proviniera de ahi. Otra cosa que Jessica deseaba, era el amor de Jasper y le causaba repulsión y demasiada envidia saber que estaba con Alice, según ella los hermanos no podían ser pareja, lo que no sabia era que ninguno éramos familia lo cual era algo muy divertido. 
El instituto de Forks era el tipico Centro educativo o purgatorio, como le llamaba yo. Todo estaba perfectamente pintado de un gris claro, con detalles marrones. Esos colores hacian que me deprimiera, de por si en Forks no hay sol, y esos colores hacian que se viera mas sombrio todo.
Hoy iniciaba el semestre, otro nuevo comienzo, mi primera clase era de Literatura, el profesor nos hizo ponernos de pie y presentarnos parecía que fuéramos niños de primaria, a nadie le importaba quien era el otro, bueno pensándolo bien, en este pueblo tan pequeño todos se conocían perfectamente, asi que ¿realmente que importaban las presentaciones? Cuando llego mi turno de presentarme sentí la mirada de todos cayendo en mi, lo cual me incomodo un poco. Las auras eran de todos los colores, azul, celeste, rosa, amarillo, morado. Cada quien pensaba diferente.
-Mi nombre es Bella Swan-dije cuando estaba de pie, claro ya eso lo sabían todos. -Tengo 17 años y espero que este sea un buen semestre- añadi y acto seguido me senté de nuevo en mi silla, mientras terminaban de presentarse el resto.
Empecé a tararear una canción que había escuchado cuando venia en el auto, se llamaba algo así como 'love forever' de un grupo desconocido. Cuando terminaron todos, el profesor paso una lista de las obras que debíamos leer, estaba agradecida ya que me sabía todas de memoria, se me paso el tiempo rapidísimo, las 2 horas de lecturas de Shakespeare fueron abrumadoras y cuando me di cuenta sonó el timbre para salir al descanso.
Me dirigí a la Cafetería en busca de mis hermanos y hermanas, cuando entre me di cuenta que había dejado algo en el aula.
-Rose, ¿me acompañas un momento creo que olvide algo?-le pregunte a mi hermana mayor. 
-Claro Bella, con gusto-me dijo mientras nos devolvíamos en busca de mi objeto perdido. -He escuchado que hay un chico nuevo, alguien que viene de Arizona o algo así, no lo he visto pero por los comentarios dicen que es muy atractivo, buen mozo, cabello color bronce y ojos verdes, estoy deseosa de saber quien es-inquirio Rose mientras caminábamos por los pasillos del Instituto. Era raro que dijera que alguien era guapo, ya que ella era la mas atractiva del Instituto, su cabello rubio caia en cascada hasta  su cintura. Su cuerpo era escultural, de esos que aparecen en las portadas de revistas retocadas, pero claro Rosalie era natural.
-No he escuchado nada, seguro debe ser alguien guapo por lo que me dices, pero no hay que preocuparnos por un simple humano-le respondí con cierta indiferencia.
-Yo se-me dijo sonriendo. -Simplemente me da algo de curiosidad saber quien es es galanazo-entonces nos volvimos a ver y nos pusimos a reír, yo sabia perfectamente que ella estaba locamente enamorada de Emmett y el de ella así que era seguro que solo sintiera curiosidad, entonces entre al aula y recogí el libro de biología que había dejado olvidado.
Salí del aula un poco distraída y accidentalmente me golpee con alguien, obviamente a quien fuera que fuese le tuvo que haber dolido mas que a mi...




Mi primer experiencia docente

Cuando comencé mi labor docente en la Escuela Luis Donaldo Colosio Murrieta fue una experiencia significativa y llena de sentimientos encon...