domingo, 28 de junio de 2015

Recuerdos

"Y ella aún recordaba ese día, en el momentos menos pensado acudían sus recuerdos... cuando sus manos se entrelazaron y la miró a los ojos.
Recuerda esa caminata juntos a la luz de la luna llena...
Esas pláticas nocturnas.
Esos besos fugaces.
Esas risas espontáneas.

Irremediablemente ahora puede decir, que sólo por él rompió la regla número 1:
Ella... Ella estaba enamorada"

sábado, 4 de abril de 2015

Mildred Universitaria

Hay tantas cosas encerradas en un Te amo, pero solamente los seres humanos hemos descubierto lo esencial. Que esa palabra lleva consigo la respuesta a estímulos para perpetuar la especie y pura supervivencia.

PREFACIO
Creo que debí darme cuenta que en realidad no me amaba, su “cariño” solo llegaba a un simple aprecio y que por mas palabras bonitas que un hombre te diga, jamás debes caer.
Aprendí este juego desafortunadamente a muy temprana edad.
Estaba convencida de no dejarme de nadie, de ser independiente, de que no sería utilizada, y al final perdí.
Era un juego de niños, pero el que se enamora pierde, y la que perdí fui yo.


CAPÍTULO 1
Hoy era un nuevo día. Estaba lista para comenzar mi primer día de trabajo. Había encontrado un trabajo sencillo que no requería demasiado agotamiento, ya que me encontraba cursando mi último año de universidad y quería un trabajo ligero que no me consumiera en tiempo pero a la vez me permitiera pagar mis materiales de la universidad.
Es increíble como pasaba el tiempo. Pareciera ayer cuando comenzaba la universidad.
*FLASHBACK*
Universitarios yendo de un lado para otro, tratando de encontrar su aula de clases para iniciar el día. Carros acelerando y frenando justo para llegar al estacionamiento y a su vez, salir más estudiantes llegando tarde. A mí nunca me había gustado llegar tarde, mucho menos el primer día. Por lo que me encontraba media hora antes de la entrada, 7:30 a.m. Ya sabía dónde se encontraba mi aula, ya había puesto mis libros en donde yo quería que fuera mi lugar, y ya había leído la lista de mis compañeros nuevos. Seriamos 25, incluyéndome a mí. Suspire, ¿Por qué los mexicanos siempre dejan las cosas para el final?
Justo a las 8:00 a.m. entre al aula y tome mi asiento. Ya se encontraban varios de mis nuevos compañeros  ahí y no pude evitar sonreír cuando se me quedaron viendo.
Cuando estudiaba la preparatoria siempre era el centro de atención. Mis “amigas” eran las típicas chicas porristas populares que asistían a todas las fiestas y tenían muchos admiradores, yo por mi parte, prefería quedarme a leer un buen libro antes de asistir a unas de esas terribles fiestas, pero las chicas me convencían y solo acudía por un rato. No me gustaba ser antisocial, al contrario, me gustaba conocer gente nueva, conversar con los chicos, vestir a la moda y beber un poco. Pero creo que eso fue lo que ocasiono mi desgracia.
Salí de mis pensamientos cuando una chica delgada y rubia paso a mi lado y tiro de todas mis cosas. Estuve a punto de recriminarle y gritarle pero me contuve, no quería dar una mala impresión en mi primer día. Solamente le sonreí falsamente y volví con mi mirada al frente, pensando en que diría la gente de mí cuando me vestía con esas minifaldas. Como me recordaba esa chica a mis viejas amigas. Falsas, engreídas, con el mundo a sus pies. Admito que yo también era así, pero descubrí que esa manera de ser no me llevaba a nada y decidí ser yo misma.

Pasados los 5 minutos con todos mis compañeros adentro, un chico alto, tez aperlada y unos lindos ojos como las esmeraldas se sentó a un lado de mí. Lo mire confundida. ¿Acaso ya no había asientos libres?
Eche un vistazo rápido al salón y aun había asientos disponibles y estoy segura que a la rubia falsa le hubiera encantado que se sentara cerca de él. El chico al notar mi cara me observo de una manera rara.
¿No está ocupado aquí, o si?
Eh, no.
Genial. Soy Miguel de Jesús. Y extendió su mano hacia mí. No entendía, ¿Por qué me hablaba?
Me llamo Mildred, le respondí con una sonrisa falsa con la intención de que lo notara y con suerte, no me dirigiera la palabra ya. Pero en cambio solo me sonrió más y sostuvo mi mano más tiempo del necesario.
No pude evitar sonrojarme y me regañe internamente. Era una tonta, estaba dispuesta a alejarme de niños guapos como él y ya estaba fraternizando con uno.
Solté su mano sintiendo un vacío en mí y me voltee hacia otro lado.
Llego el profesor y afortunadamente comenzaron las clases.

Cuando llego la hora de descanso prácticamente tome mis cosas y salí corriendo al estacionamiento, quería ir a almorzar a un pequeño restaurante que me gustaba mucho su sazón. Al llegar a mi pequeño Focus fiesta sentí una oleada de ira. Algún individuo había dejado su mercedes atrás de mi coche bloqueándome la salida. Lo único que me faltaba.
Estaba a punto de abandonar mi idea de comer allá y probar la comida de cafetería cuando me tocaron el hombro, por lo que asustada le di gran golpe con mi bolsa ventaja.
¡Tranquila, soy yo, Mildred¡
¿Miguel?, demonios, me asustaste!
Lo siento, te seguí pero creo que debí hacer algún ruido antes. Contesto mientras ponía una mano en su cara, justo donde le había dado un buen golpe y ahora su perfecta cara perlada era de un color rojo. Seguro dejaría marcas
Porque demonios me seguías
Te iba a invitar a almorzar, por cierto, tienes un muy lindo coche. Es de este año?
Si, regalo de cumpleaños. Y porque supones que aceptaría comer contigo
No lo sé, me pareces una chava muy linda, aunque hay algo en tu vestir que no me cuadra, pareciera que ocultas algo
Me conoces dos horas y ya adivinaste mi pasado? Estas mal. Me tengo que ir.
Efectivamente había acertado. Me había vestido exactamente de una manera que no era mi estilo, pero lo único que             quería era que no se me acercaran chicos como él. Chicos que posiblemente asistían a muchas fiestas, bares, antros y me reconocieran de una.
Me subí a mi coche y una vez que quito su coche, arranque y no me detuve hasta llegar a mi restaurante.

*Fin del Flashback*

Carta a mi Madre (Anexo)

Este manuscrito va dirigido a ti:

Tu que diste tu vida, tu tiempo, y tu amor…

Tu que cambiaste tu figura por unos cuantos antojos.

Tú, que siempre estás ahí, sin importunar, apoyándome en silencio, ofreciendo consuelo sin obligarme a recibirlo. Dispuesta a dar consejos pero dando espacio a que cometamos nuestros propios errores y aprendamos de ellos.

Sé que me he equivocado, que no te agradezco lo que haces por nosotros, sé que he juzgado tu forma de educarme, pero es que la verdad los hijos siempre juzgaremos a los padres por sus errores, siempre pensaremos que merecemos más y muy pocas veces nos detendremos a pensar que tenemos más de lo que tu poseíste alguna vez.

No tomamos en cuenta que haces el mayor esfuerzo y que siempre das lo mejor de ti.

Te amo mamá por tu dedicación, tu valentía y tu esfuerzo. Que muy pocas mujeres toman enserio su responsabilidad.


Gracias por darme una vida tan maravillosa y llena de enseñanzas.

Carta de despedida (Anexos de novela)

No voy a hundirme y a contar nuestra historia de amor. Porque claro está que jamás la hubo y dudo que la haya alguna vez. Todas las historias de amor, aquellas que comienzan con algo parecido a “Erase una vez” y terminan en un “felices para siempre”, no son más que puras tonterías.
Cada vez que veo tus ojos, veo en ti dulzura.
Cada que te escucho, tu voz me tranquiliza.
Cada vez que te acercas, mi corazón late irremediablemente.
Sé que te preguntaras quien soy… por que te digo esto.
No sé si tengas la menor idea o no, pero me gustaría pensar que no.
Tu amistad, si es que alguna vez te decidiste a ser mi amigo, fue la experiencia más gratificante de mi vida.
No te podría explicar porque, pero me gustas.
Hay algo en ti que me hace pensar en el futuro.
Sé que bajo esa fachada, escondes a una gran persona. No sé si te de miedo demostrarlo, si te da miedo a que te lastimen, si te da miedo sufrir. Pero como estar seguro cuando no te das la oportunidad. Sigue engañando a las personas, sigue fingiendo ser quien realmente no eres.
Eres inteligente, espontaneo, extrovertido, y no me preocupa, al contrario. Me gusta aprender de las personas.
Eres divertido e interesante sin pretenderlo siquiera.
Tengo una inmensa suerte de conocerte.

Una frase que me gusta mucho es “No puedes elegir si van a hacerte daño en este mundo, pero si eliges quien te lo hace”, y creo que está claro. Si tu deseo es lastimarme, ignorar esta carta, e incluso pretender que no existo, adelante. Creo que en estos meses me has dejado en claro que fue solo un momento y nada más. Todo fue pasión y algo más. Me deje llevar y te perdí, pero es algo que elegí.

Estrella Deneb Farro - Capítulo 8

*En el capítulo anterior*

–Te aseguro que tus hijas serán igualmente hermosas que esta niña. Es un ángel. Tan pura como el Cristal. Como tú lo aparentas…–termino con una sonrisa irónica y me resistí a darle un codazo. Por un segundo, me pareció ver que Reina y la bebe inclusive estaban sonriendo, aunque puede que fuera solo producto de mi imaginación. Se hizo un cómodo silencio entre los dos y a los pocos minutos Reyna despertó. No como me hubiera gustado verla. Aun se veía cansada y enferma. Me asusto.
–¿Estas bien? ¿Necesitas beber algo?–pregunte dulcemente y ella negó cuando vio a Chris estremecerse ligeramente.

–No. Solo necesito descansar. Necesitamos nombrar a la bebe. Y espero que tu –se dirigió a Chris– cuides bien de ella–. Termino suavemente con una sonrisa y se volvió a dormir. Quizá solo estuviera soñando. No sabía a quién se refería que cuidara bien, pero supuse que sería a la bebe y tenía razón, debíamos ponerle un nombre, pero ya tendríamos tiempo cuando despertara de nuevo…
****



Ya habían pasado varios días desde el nacimiento de mi nueva sobrina. Estaba tan entusiasmada por ponerle todos los vestidos que le había comprado, y llevarla al parque. Pero me sentía en un gran conflicto interno. Reyna se había desatendido demasiado de su hija. Estaba deprimida, melancólica, y en cierta manera la comprendía. La bebe era el vivo retrato de mi hermano Tyler y seguramente verla le dolía. 
A la semana de haber salido del hospital Reyna se había ido a vivir a la casa de su madre, mientras que yo le rogué que me dejara a mi sobrina a mi cuidado. Y en su estado no dudo en dejármela
La bebe era un amor. El día que salió del hospital la acompañe a su casa, y Chris me pidió que lo dejara acompañarnos también, lo cual agradecida acepté. Chris insistía en que mi sobrina era tan pura como el Cristal que a Reyna le agrado y decidió ponerle así. Claire Kristal.
Era un hermoso nombre sin duda. Mi hermosa Kristal.

Al parecer Chris estaba superando un poco su aversión a los vampiros y seres sobrenaturales, por que le encantaba llevarla en brazos.

Mi primer experiencia docente

Cuando comencé mi labor docente en la Escuela Luis Donaldo Colosio Murrieta fue una experiencia significativa y llena de sentimientos encon...